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Manifiesto de la Tertulia de los novísimos poetas de Manizales de principios de siglo al guaro.

¡Levanten las copas, compañeros! Es hora del explosivo brindis. Nos abunda la juventud y la arrogancia, Podemos multiplicar los panes y los peces, Tornar el agua en vino como lo hizo Jesucristo para emborrachar a sus contertulios. Por la poesía que crece como la maleza en la boca de nuestra frívola generación, Por los buenos polvos que la noche prodiga y la luna bendice, Por nuestros padres que han sido los únicos culpables del crimen de nuestra existencia, Por nuestra educación que cada día nos aburre más y nos obliga a crear nuestras propias escuelas del ocio, Por el capitalismo que, tarde o temprano, se tendrá que dar un tiro, Por la patria destrozada y puta de la que somos hijos bastardos, Por la pobreza ascética de nuestra vestimenta Y la riqueza inútil de nuestras ideas, Por la soledad y la locura que siempre están dispuestas a darnos una mamada, Por la vida endemoniada que baila al ritmo de Richie Ray y Bobby Cruz Y por la muerte, la muerte, la m

La noche en que el mundo conoció a Onel López Vasco

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    Extrañamente esa noche no llovió en Manizales. La luna salió de fiesta y algunas estrellas salieron a verla. El poeta no había querido salir a leer esa noche. Se negaba a exponerse públicamente como una estatua. Supongo que no quería que lo igualaran con los grandes poetas que ha leído o que lo identificaran con un poeta oficial de esos que salen en las fotografías de los diarios tomando champagne con el obispo o con el alcalde. Yo lo animé junto con el resto del grupúsculo de poetas nóveles que estábamos ansiosos por leer lo que traíamos en el bolsillo. Había traído algo de alcohol para perder un poco el raciocinio y oímos atentos a los que pasaban a desenvainar los versos que habían fulgido con tanto esfuerzo. Yo también creía que Onel debía subir al escenario, enfrentar a su público, al lector al que imagina cuando escribe y expandir el rayo de su voz para hacer temblar la tierra y las consciencias.  Pero aún estaba muy temeroso, vaciló bastante para decidirse pasar adelante

No entiendo de tratados

Yo quiero el maíz de Caldas y de Antioquia. La papa criolla en las manos sucias del campesino boyacense, El azúcar sacado de la caña cortada por un negro alto y bembón. Yo quiero las flores de la sabana, preservadas por el frío de las madrugadas antiplanenses. Quiero el arroz cultivado bajo el ardiente sol del Tolima, en ese Espinal glorioso donde nació el Bunde. Quiero el banano de Urabá, el mangostino de Mariquita, la yuca de Cajamarca, y la carne roja del Meta. Quiero ver la cebolla fresca en la plaza de mercado,que me la venda una señora con sombrero, que le vea en las manos la dureza de la limadura al tomar el azadón y arrancar la raíz, las arrugas del trabajo en la frente, la gota de sudor en la sien, el acento vernáculo de la montaña,del antepasado cantando un bambuco a la orilla del río. Quiero el sabor de las cordilleras,de la costa caribe con sus tambores y sus gaitas, quiero el sabor negro del mapalé en mi pescado, quiero el calor de la

Indignado

Me advirtieron que no fuera Pero seguí adelante. Me cordón umbilical me retuvo, lo corté con los dientes. Me cerraron la puerta del aula. Me salí por la ventana. Nadie decidió llevarme Yo seguí a pie. Nunca paré. Estaba indignado. Alguien me tapó la boca Y grité en silencio.  Me pusieron los escudos enfrente Y los atravesé porque soy una roca. Porque ardo en una botella. Me quitaron el oxigeno Y aguanté la respiración. Nunca paré, Nunca cedí Estaba indignado. Algo más fuerte mi mismo me empujaba. Así que me golpearon Me apuntaron con un arma. Creyeron que eso era suficiente para frenar mis bríos Supusieron que el miedo sería mi dique Pero yo seguí.  Y la bala no detuvo mi paso.

Sano y salvo

La calle está cerrada. Las tanquetas están aparcadas en cada una de las esquinas. Hay un tenso sabor a guerra en las nubes. Un presentimiento silencioso de explosiones. Todos sabremos para qué son las botellas. Vinagre. Leche. Piedras. Luego pasará lo que todos sabemos Hoy, por fortuna, regreso sano y salvo.    

Democracia

Democracia, todo el mundo me habla de ti como de un héroe. La gente te defiende y ha muerto por ti. Incluso te nombran para hacer la guerra y muchos han muerto sin saber de ti. Democracia, incomprendida como un poeta No sé si has existido alguna vez, Pero sé que eres posible, Que vives en algún lugar, escondida, ocultándote, pero viva. Por eso la gente te presiente, y también te buscan porque te quieren matar. Democracia, Democracia, Democracia ¿Dónde estás?

Resaca

Cuando me enamoro comienzo a tambalearme, tengo que sostenerme en los muros, vomito en los postes y gateo para subir las escaleras. Trato de recordar la hora y el camino para llegar a casa. No puedo mantener conversaciones y a veces me quedo dormido en mitad de una plaza. Evito las peleas y a veces me vienen las lágrimas. Cuando me enamoro Me voy mareado a la cama, me duele la cabeza, y me pesa la mañana. los labios se me secan y amanezco con ojeras y con golpes de la nada. El bochorno me aprieta, La luz quema mi alma, Me oculto en la entrepierna Y abrazo una almohada. ¡Bebe siempre, bebe! ¡De todos los besos que haya! Solo con otro trago se curan las resacas.

La canción del poeta pobre

Se acabaron los billetes Y se agotan las monedas Menos mal que aún es gratis El billar de las estrellas. No habrán lujos ni trabajo Para el que escribe poemas Sus gustos no tienen precio Si es que quiere ser poeta Los pesares nunca faltan -Si es humano en esta tierra- Este mundo no es tan malo Y al poeta no le niega El licor de los ocasos en las tardes veraniegas.

Manifiesto de los novísimos poetas inmorales de principios de siglo

Escúpele a Dios en la cara, y no temas que se te devuelva. La consagración y la fe no se comparan con el placer que da la blasfemia y la herejía. El arte no se arrodilla ante nadie. La estética oficial aburre y es necesario retar al orden para que el arte nazca de un acto de valentía y no de complacencia. Esta época frívola ha corrompido el aura del arte; la gente oye a Chopin en los centros comerciales como música para ambientar las nuevas iglesias de la religión del capital. Los artistas son artistas porque salen en televisión. La gente compra cuadros abstractos para ponerlos en la pared del comedor. La santidad se ha ido con el resto de valores que corroyó a Occidente. Tan falsamente libre. Tan ingenuamente transgresora. Aquí ya no hay de donde agarrarse. Para lo único que sirven los ídolos es para injuriarlos, insultarlos, y romper sus estatuas. La gente quiere morbo, sangre, aberraciones, excesos, improperios, y se los vamos a dar hasta que se hastíen y comiencen a valorar al art

Enamorado

  El amor existe. Claro que sí. Es un problema tanto íntimo como de interés público. El amor ha llevado a que se desaten guerras, provocado miles de asesinatos y suicidios. En los registros de la literatura, la música y la pintura, el amor aparece siempre como un sentimiento bello y sublime, que conlleva a la tragedia y a la muerte en muchos casos.  Si algún poeta quiere lectores, escriba sobre el amor, el más universal, y moverá más masas que cualquier religión o partido político. Todo el mundo quiere amor, hasta el más misántropo ama su misantropía o otro misántropo como él. No se puede evitar, a menos que se extirpen las glándulas que produzcan las hormonas que generan el amor. Un hombre frío sin la dopamina debe sentirse miserable y hasta debe estar triste de no sentir el amor y la falta de amor también lo mataría, en todo caso el amor lleva al desastre. Pero no hablemos de sus incontables amarguras, ya lo sabemos, ya las hemos llorado, sino el por qué lloramos al amor, el por q

La caída de Venus

     La belleza clásica ha caído de su pedestal. Ha rodado cuesta abajo, por la falda del Olimpo. Se ha quebrado las costillas, se ha roto las dos piernas, se le han caído los dientes, la nariz se le ha torcido y ahora yace convaleciente en el suelo: magullada, desaliñada, sucia, herida, ensangrentada, horrible,  fea… Pero a mí me sigue  pareciendo bella. Su hermosura aún me cautiva como a un adolescente. Me encanta así, rota, quebrada, miserable, derrotada. Esa belleza que ya no es una vanidosa señorita que se contonea para que la vean, esa belleza que se sentaba en las piernas del poder para besar los labios grotescos del viejo tirano. No, esa belleza dejó sus vestidos de seda para revolcarse en el lodo de la inmundicia, para mancharse de la grasa de las fábricas, untarse de la sangre de las guerras y gemir en la  posesión de la carne sin escrúpulos. Ella me hace el amor con sus llagas encendidas. Me regala los orgasmos que evocan los ocasos. Me habla al oído, me grita cuando no l

Utopía

Si ser intelectual es ser un ídolo sobre un pedestal de papel, no quiero ser intelectual.  Si ser poeta es ser un pájaro ornamental que nadie entiende, entonces no soy poeta. Si ser político es ser un empresario de esperanzas, entonces no soy para nada un político. Si ser patriota es creer que esta tierra es mía, entonces no tengo patria. Si ser padre es proyectar mis sueños fracasados en un cuerpo que no es mío, entonces nunca tendré hijos. Si ser religioso es una fuga del mundo para someterme a la voluntad de un jerarca, entonces abandonaré todo templo. Si amar es poner grilletes en el corazón de otros, nunca me enamoraré. Si ser humano trae consigo un hambre feroz para devorarlo todo y no compartirlo con nadie, entonces no soy un hombre. Estoy comenzando a ser una utopía.